Ella fue (y sigue siendo) "La plus belle pour aller danser".

No es novedad reconocer que&nbsp;Francia&nbsp;siempre ha sido una fuente constante de &iacute;conos de estilo, sin embargo&nbsp;el imaginario popular no ha sido igual de justo con todos. Si bien casi cualquier persona maneja los conceptos Brigitte Bardot&nbsp;o&nbsp;<a href="https://www.lofficielmexico.com/moda/estilo-catherine-deneuve">Catherine Deneuve</a>, solo los realmente conocedores&nbsp;reconocen la importancia de Sylvie Vartan.&nbsp;

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De origen b&uacute;lgaro, se mud&oacute; con su familia a Par&iacute;s cuando ten&iacute;a ocho a&ntilde;os y se convirti&oacute; en una aut&eacute;ntica estrella al principio de su adolescencia. Enti&eacute;ndase por &laquo;estrella&raquo;&nbsp;alguien que tuvo&nbsp;que abandonar la escuela bajo petici&oacute;n del director, harto de tener olas de paparazzis en las puertas del instituto a&nbsp;todas horas.

&laquo;En los Campos El&iacute;seos las peque&ntilde;as Vartans han sustituido a las peque&ntilde;as Bardots&raquo;, sentenciaba en 1964 una revista prestigiosa&nbsp;francesa. Y eso que todo sucedi&oacute; por casualidad. Vartan, que so&ntilde;aba con convertirse en actriz, fue la mejor idea que&nbsp;su hermano productor tuvo cuando&nbsp;buscaba una sustituta en un dueto musical que grababa para la discogr&aacute;fica RCA.

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Desde entonces, toda su vida se desarroll&oacute;&nbsp;bajo los reflectores, pero&nbsp;poco tuvo&nbsp;que ver su fama&nbsp;con la&nbsp;de otras ni&ntilde;as prodigio.&nbsp;Parte de su repentino &eacute;xito estuvo profundamente relacionado con&nbsp;su&nbsp;look. Uno que no era t&iacute;picamente franc&eacute;s, si no m&aacute;s cercano al rock&rsquo;n&rsquo;roll que ven&iacute;a de Gran Breta&ntilde;a: Sylvie Vartan fue la primera chica y&eacute;-y&eacute; (una adaptaci&oacute;n del yeah-yeah ingl&eacute;s que cantaron The Beatles en la&nbsp;contagiosa melod&iacute;a de&nbsp;She loves you). Sus claves eran el tono rubio platino, el flequillo de colegiala, el maquillaje solo evidente en los p&aacute;rpados superiores y un armario elaborado a base de prendas de <a href="https://www.lofficielmexico.com/moda/moda-sesentas-futurista">Courr&egrave;ges</a>, vaqueros y bailarinas. Las cosas se pusieron todav&iacute;a m&aacute;s interesantes con el paso de los a&ntilde;os.

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En 1965,&nbsp;se cas&oacute; con Johnny Hallyday con un dise&ntilde;o de la maison R&eacute;al, formado por vestido y capa con capucha que fue, sin duda, el vestido de novia m&aacute;s fotografiado del a&ntilde;o. Como no pod&iacute;a ser de otra manera, acab&oacute; desarroll&aacute;ndole&nbsp;un&nbsp;gusto particular a&nbsp;todo&nbsp;eso de la Alta Costura, pero eso s&iacute;: a la costura moderna. Colabor&oacute; durante a&ntilde;os con <a href="https://www.lofficielmexico.com/moda/le-smoking-traje-libero-mujer">Yves Saint Laurent</a><a href="https://www.lofficielmexico.com/moda/le-smoking-traje-libero-mujer">, que elabor&oacute; para ella desde distintas versiones de su conocido esmoquin</a>, hasta varios monos de lentejuelas (a Hallyday le cay&oacute; uno a juego para interpretar con ella un dueto).

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«Con él descubrí la belleza, la elegancia, el refinamiento y el saber hacer. Las piezas que creó para mí me hicieron soñar», dijo Hallyday sobre Yves Saint Laurent.

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Otros de sus favoritos fueron Marc Bohan en su &eacute;poca al frente de Dior y, un tiempo despu&eacute;s, Bob Mackie, quien&nbsp;se encarg&oacute; de crear el vestuario de sus giras al estilo americano. Tantos fueron sus esfuerzos que&nbsp;a simple vista, bien podr&iacute;a decirse que los or&iacute;genes de Vartan estaban en Oklahoma. En ese sentido giraron tambi&eacute;n sus momentos m&aacute;s brillantes en denim (se recomienda al lector un paseo por Pinterest) de la d&eacute;cada de los setenta.

Precisamente el tejido vaquero y los sneakers han sido la &uacute;nica constante en su guardarropa. Su primer par, de color rosa, lo compr&oacute; en el 63 en Tokio,&nbsp;porque en Europa solo pod&iacute;an encontrarse zapatillas blancas. Por si todav&iacute;a no se le considera atribuido suficiente m&eacute;rito, cabe recordar que aquellas&nbsp;prendas fueron objeto de exposici&oacute;n en el parisino Palais Galliera en 2004, y que todas aparecen tambi&eacute;n recopiladas&nbsp;en el libro Le Style Vartan (&Eacute;ditions de la Martini&eacute;re), publicado a finales de 2015.

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No solo por una cuesti&oacute;n est&eacute;tica dec&iacute;amos antes que el suyo no ha sido el caso de la t&iacute;pica ni&ntilde;a estrella. En su carrera, que incluye m&aacute;s de 40 millones de discos vendidos y m&aacute;s de dos mil portadas de revista, los esc&aacute;ndalos brillan por su ausencia. Y eso s&iacute; que la hace definitvamente &uacute;nica.

Sylvie Vartan, la primera chica ye-yé

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