En una era donde no exist&iacute;an los likes ni los followers, ella fue la verdadera it girl que marc&oacute; toda una &eacute;poca.

Nos encontramos en 1966 en Gran Breta&ntilde;a y&nbsp;Leslie Lawson, o como la mayor&iacute;a la conocemos, Twiggy, es nombrada el rostro del a&ntilde;o.&nbsp;En plena revoluci&oacute;n MOD, mientras las canciones de&nbsp;The Beatles eran la&nbsp;banda sonora de cualquier reuni&oacute;n, una chica acababa de revolucionar los c&aacute;nones de belleza establecidos.

Con 1.68cm de estatura, una delgadez extrema y un aire andr&oacute;gino, Twiggy fue mucho m&aacute;s que una cara bonita. Hasta ese momento, la mujer m&aacute;s deseable era aquella semejante a Marilyn Monroe, con sus curvas provocadoras y su exacerbada feminidad. Pero este ideal cambi&oacute; dr&aacute;sticamente con el surgimiento de una nueva figura notoriamente flaca,&nbsp;casi infantil y con sus caracter&iacute;sticos ojos, que bien podr&iacute;an ser los de una mu&ntilde;eca.
Aunque parezca dif&iacute;cil de pensar, antes de Twiggy, la moda femenina solo exist&iacute;a para ni&ntilde;a o mujer; la idea o el concepto de la vestimenta adolescente no aparec&iacute;a en nuestro vocabulario. Y s&iacute;, m&aacute;s all&aacute; del estilo tipo <a href="https://www.lofficielmexico.com/moda/bolsa-gucci-favorita-jackie-kennedy">Jackie Kennedy</a>, las j&oacute;venes no ten&iacute;an referentes de moda. Fue en ese entonces, en los a&ntilde;os sesenta, cuando surgi&oacute; un cambio radical: la industria comenz&oacute; a dirigirse a esa complicada edad en la que a&uacute;n no se es adulto, pero ya se ha superado la etapa de jugar a las mu&ntilde;ecas.

Todo comenz&oacute; con un acertado corte de pelo. Tras decidir probar suerte como modelo y haber sido amablemente rechazada por sus medidas, las cuales distaban bastante del canon de la &eacute;poca, aquella joven, determinada a probar suerte como modelo publicitaria, se dirigi&oacute; a un sal&oacute;n de belleza. El peluquero decidi&oacute; arriesgarse y probar un nuevo look&nbsp;de estilo masculino, rubio platino y con raya de lado. El resultado fue tan satisfactorio que llam&oacute; a su amigo Barry Lategan, un gran fot&oacute;grafo que, con un clic, inmortaliz&oacute; a la chica.
A ra&iacute;z de esa fotograf&iacute;a, un reportero del Daily Press llam&oacute; a la casa de los Lawson para hacerle una entrevista a Twiggy. D&iacute;as despu&eacute;s, su rostro pas&oacute; a ser el m&aacute;s famoso del planeta. Desde ese momento, las portadas de las revistas se peleaban por ella, adolescentes de todas partes imitaban su estilo y su popularidad no hac&iacute;a m&aacute;s que crecer cada d&iacute;a: un &iacute;cono hab&iacute;a nacido.

Hoy en d&iacute;a, creadores y artistas de todo el mundo contin&uacute;an inspir&aacute;ndose en aquella chica inglesa. Delgada y peque&ntilde;a, vestida con <a href="https://www.lofficielmexico.com/moda/mary-quant-origen-minifalda">minifaldas</a> y colores vivos y, por supuesto, con sus eternas pesta&ntilde;as postizas; aquel personaje inolvidable abri&oacute; la puerta a un nuevo tipo de mujer. Modelos como <a href="https://www.lofficielmexico.com/pop-culture/reinado-supermodelos-iconicas-anos-90">Kate Moss o Audrey Marnay</a> son consideradas sus sucesoras y hoy, el canon de belleza que ella instaur&oacute;, indudablemente, sigue imperando.

Recordando la revolución de Twiggy

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