Desde Israel, Italia y M&eacute;xico, tres artistas multidisciplinarias nos hablan de su obra, sus motivos y lo que las mueve.

La Feria de Arte Independiente (<a href="https://fainferia.com/">FAIN</a>) es la ocasi&oacute;n ideal para conocer a los artistas emergentes nacionales e internacionales que est&aacute;n cambiando la forma de hacer las cosas. El evento nace del deseo de acercar el arte a las personas, establecer una conexi&oacute;n entre la gente y los creadores en una experiencia personal que invita al di&aacute;logo e impulsa la labor art&iacute;stica en M&eacute;xico. <a href="https://www.lofficielmexico.com/arte-y-cultura/feria-arte-fain-monterrey">En lo que es su &uacute;ltima edici&oacute;n del a&ntilde;o</a>, FAIN celebrar&aacute; los d&iacute;as 26, 27 y 28 de noviembre el encuentro en la Ciudad de M&eacute;xico, en el Recinto Escand&oacute;n, ubicado en Cerrada de la Paz #15, en la Colonia Escand&oacute;n.
En esta ocasi&oacute;n, tuvimos la oportunidad de hablar con tres artistas multidisciplinarias (de 30 seleccionados para la FAIN) que expondr&aacute;n sus obras, mismas que van desde la fotograf&iacute;a e instalaciones hasta la escultura y dibujo, y platicar acerca de sus procesos y aspiraciones. Ellas son Lucrezia de Fazio, Tal Frank y Carmen Serratos.&nbsp;&nbsp;&nbsp;

El arte y las macro tem&aacute;ticas que encapsula, el amor, la p&eacute;rdida, el placer, el &eacute;xtasis, y un sinf&iacute;n m&aacute;s, adquieren diferentes significados para cada una de nuestras artistas. Para Lucrezia, por ejemplo, el arte es necesidad. Asimismo, una forma de sanar; para Tal, es la manera de experimentar con la materia y los conceptos: dar vida a objetos de doble significado. H&iacute;bridos. Curiosamente, encuentra una lista interminable de similitudes entre los artistas mexicanos y los israel&iacute;es, especialmente la profundidad. Carmen tuvo su primer acercamiento al arte por medio del bordado, su primer amor, en la secundaria. Ahora, las abstracciones y materiales con los que crea son numerosos.&nbsp;
&iquest;Pero c&oacute;mo llevan a cabo sus procesos y qu&eacute; es lo que las intriga? Las mismas artistas nos contestan.

&iquest;QU&Eacute; NOS ESPERA EN FAIN?

&laquo;Quise elegir un material que por s&iacute; mismo tuviera una identidad de lo femenino (barnices de u&ntilde;as). En mucha de mi producci&oacute;n, trabajo con objetos que hablan por s&iacute; mismos. Tengo una serie de mandiles con envolturas de jab&oacute;n, otra de tortillas bordadas. Al trabajar con estos materiales me doy cuenta que hablan por s&iacute; mismos; que expresan lo femenino, que tienen un di&aacute;logo sobre lo dom&eacute;stico&raquo;, comenta Carmen, oriunda de Pachuca, Hidalgo, acerca de su exposici&oacute;n en FAIN: Mujer contra "Mujer", del objeto femenino al arte-objeto feminista.&nbsp;

Por su parte, Lucrezia quiso explorar la feminidad desde otro &aacute;ngulo, y lo hizo mediante una serie de fotograf&iacute;as y otra de metal. En We Belong Here, se inspir&oacute; en las escuelas de arte en el S. XIX y en lo &uacute;nico que las mujeres pod&iacute;an pintar en ellas: naturalezas muertas, flores, paisajes. Mientras tanto, lo que m&aacute;s pintaban los hombres eran desnudos de mujeres. Ese era el status quo. &laquo;Lo que las mujeres pintaban estaba controlado, de ah&iacute; quise darle un twist a eso, empec&eacute; a tomar fotos de flores, del &oacute;rgano reproductor de la planta. Son varias im&aacute;genes sobrepuestas. Lo que yo hago es distorsionarlas, desenfocarlas, manipularlas. Hay algo de Georgia O&rsquo;Keefe en algunas de ellas (fotograf&iacute;as), es mi referencia&raquo;.&nbsp;
La serie de metal se remonta a tiempos de uno de los primeros emperadores romanos: &laquo;Mi obra de metal son moldes de pezones femeninos y de la parte inferior del lim&oacute;n amarillo. El pez&oacute;n es s&iacute;mbolo de fuente de leche materna. Es algo dulce y tierno. El lim&oacute;n es todo lo contrario, es agrio. El t&iacute;tulo de la obra es Invicta, que en lat&iacute;n es ilegible, lo saqu&eacute; de una historia de la antigua Roma, de una emperatriz (la mujer de Claudio) que era ninf&oacute;mana. Lo que hac&iacute;a era que cuando su marido iba a la cama, se pon&iacute;a una peluca y se pintaba los pezones de oro. Le gan&oacute; a la prostituta m&aacute;s fuerte del imperio acost&aacute;ndose con m&aacute;s hombres que ella&raquo;, agrega la artista visual.&nbsp;

Tal presenta una serie de trabajos basados en canales y espacios creados por cangrejos en las playas mediante un m&eacute;todo en el que vierte en estos canales un material de masilla, para luego extraer material fundido, una forma org&aacute;nica ramificada que simula las construcciones de una estructura. Y es que para la art&iacute;fice israel&iacute;, quien adem&aacute;s es qu&iacute;mica, todo se puede traducir en objetos que (manipulados) simulan algo m&aacute;s. Por ejemplo, un par de bolsas negras de basura pueden terminar mimetizando a un &oacute;rgano vital.

&laquo;No creo que todav&iacute;a haya encontrado mi propia voz. Especialmente porque trabajo con varios medios y jam&aacute;s puedo repetir un mismo proyecto (me pone muy nerviosa), por lo cual, lo que une mi arte son las tem&aacute;ticas. Pero la voz, poco a poco. Estoy en ello&raquo;, confiesa Lucrezia, quien tambi&eacute;n tiene un proyecto de joyer&iacute;a. A&ntilde;ade que no teme encajar en una categor&iacute;a, pues siempre est&aacute; reinvent&aacute;ndose y aprendiendo nuevas t&eacute;cnicas.&nbsp;
Tal descubri&oacute; su propia voz durante la maestr&iacute;a, de hecho, fue esta quien la encontr&oacute;. &laquo;Me fue develado que los objetos y los materiales son mi inspiraci&oacute;n. Me di cuenta que son parte de mi concepto, y al rev&eacute;s. Para m&iacute; no puede haber una obra de arte que es puro concepto o puro material (50% de mi obra es conceptual y 50% es est&eacute;tica y visual). Aprend&iacute; c&oacute;mo trabajar y que esto es lo que funciona para m&iacute;&raquo;.&nbsp;
Los objetos cotidianos con m&aacute;s de un valor sensorial, uno que remite al hogar y a las mujeres, son los aliados de Carmen. Su propia voz es fuerte y decidida. &laquo;En el taller de textil de La Esmeralda empec&eacute; a querer hablar sobre lo que me afectaba, un trabajo introspectivo pero que a la par me hiciera sentir mucho. Pienso que crear con cosas que me generan una profunda emoci&oacute;n es lo que me acerca a hacer un trabajo honesto&raquo;.

Existen actitudes que vemos a trav&eacute;s de los lentes de la normalidad. &laquo;Pero si lo piensas un artista hombre jam&aacute;s lo hubiera pasado&raquo;, aclara Lucrezia. &laquo;Tengo una obra expuesta con unos pechos y siempre me preguntan si son m&iacute;os o es mi cuerpo. En una instalaci&oacute;n que expuse hace tres a&ntilde;os, mostraba dos monitores con unos videos con im&aacute;genes de senos que se mov&iacute;an con las manos sobre ellos, y la gente me preguntaba si eran m&iacute;os. Pensaba: &iquest;Qu&eacute; tiene que ver esto con mi trabajo? &iquest;Qu&eacute; tipo de informaci&oacute;n les prove&eacute;? Estoy acostumbrada, me rio y bromeo, pero s&iacute; es inc&oacute;modo. Se siente como si la gente no estuviera m&aacute;s interesada en la obra que en el tab&uacute;&raquo;. El tema de la censura en plataformas como Instagram es, de igual forma, un tema que llama la atenci&oacute;n de la italiana, pues hoy en d&iacute;a un desnudo puede ser triggering. Pero conf&iacute;a en que poco a poco esto cambie:&nbsp; &laquo;Por mi parte, trabajo por normalizarlo&raquo;.
Virginia Woolf sol&iacute;a decir que para escribir una buena novela, deb&iacute;a tener una habitaci&oacute;n propia. Una idea que no es muy lejana para Carmen, quien en su exposici&oacute;n Territorias escribi&oacute; sobre un muro rosa acerca de la frustraci&oacute;n de no poseerla: &laquo;Justo lo que me limita sigue siendo lo mismo que para ella en ese tiempo: no tengo un lugar propio y mi taller es mi cuarto. No tener un espacio es un problema. Ahora que voy a la residencia me doy cuenta de que puedo producir m&aacute;s r&aacute;pido y concentrarme al mil por ciento en un espacio de trabajo&raquo;, puntualiza la tambi&eacute;n modelo.

En un momento hist&oacute;rico en el que todo pareci&oacute; detenerse, nuestras entrevistadas sufrieron mayormente un impacto positivo en sus procesos de creaci&oacute;n. Para Lucrezia, signific&oacute; un tiempo de producir y estar en el estudio. Tiempo para leer los libros que no ten&iacute;a oportunidad de leer por vivir muy deprisa (la artista italiana es una &aacute;vida lectora, tanto que confiesa que, en un mundo paralelo, le habr&iacute;a gustado ser escritora). No es muy diferente a la respuesta que nos dio Tal. La maestra israel&iacute; trabaj&oacute; arduamente en su taller y explor&oacute; diferentes caminos. 
En otro orden de cosas, Carmen, quien estudia su &uacute;ltimo semestre en La Esmeralda, lo vivi&oacute; como un par de a&ntilde;os duales: &laquo;Como mi trabajo es sobre el espacio dom&eacute;stico, la cuarentena me hizo pensar mucho. Por un lado fue favorable, vivir en enclaustramiento dos a&ntilde;os en una misma casa hizo que mi obra cobrara m&aacute;s sentido. En el lado menos amable, el sedentarismo me causa un gran cansancio y pocas ganas de hacer las cosas. Para m&iacute;, eso es lamentable y frustrante. Me obligo a revivir y a decir lo que me importa a trav&eacute;s de mi obra, porque seg&uacute;n yo tengo mucho que decir&raquo;, aclara entre risas.&nbsp;

&laquo;Escribir. Tengo libretas negras desde siempre. Escribo journals, me escribo a m&iacute; misma y dibujo de manera muy autom&aacute;tica. En mi estudio tengo todas las libretas apiladas y de vez en cuando las revisito, pienso: &iquest;hace seis a&ntilde;os estaba as&iacute;?&raquo;, para Lucrezia la escritura es un espejo, mientras que para Tal la naturaleza es una de sus musas predilectas.&nbsp;
Caminatas por el bosque o la ciudad, escribir diarios, una habitaci&oacute;n propia. Los rituales y los h&aacute;bitos inspiracionales var&iacute;an en cada una de ellas, pero tienen un com&uacute;n denominador: el sentimiento. Para ellas, encontrar aquello que las mueve y les genera una emoci&oacute;n dominante es la llave que abre sus imaginarios y deja salir una triada de talentos arrebatadores.&nbsp;

UN CONSEJO PARA LAS MUJERES MEXICANAS ARTISTAS

&laquo;Es algo que me digo a m&iacute; misma, es muy simple, es no tener miedo. No temer a hablar en voz alta, exponer tu cuerpo y pensamientos, porque es eso lo que nos bloquea y nos hace sentir inseguras en la calle, lo que nos hace sentir menos. Porque, no s&eacute; de qu&eacute; forma, nos lo pusieron adentro. No importa si no haces tu obra maestra, para empezar, no eres t&uacute; quien va a decidir cu&aacute;l es tu obra maestra, pero s&iacute; echarlo fuera. Liberarte&raquo;, finaliza Lucrezia.&nbsp;
Tal asegura que dar&iacute;a el mismo consejo que a sus alumnos: &laquo;Vayan en un solo camino de ideas. &iquest;Qu&eacute; quieren decir con su obra? Cuando tienes algo muy claro, todo el resto se da. Si tienen una idea o un tema de inter&eacute;s muy espec&iacute;fico, indagen m&aacute;s profundo.&nbsp;
&laquo;Que tu obra est&eacute; cercana a lo que te conmueve. Eso y tener seguridad, aunque a veces una no la tenga, hace que todo fluya&raquo;, asevera Carmen.&nbsp;

Obras que est&aacute;n conectadas a una vida privada e &iacute;ntima, mensajes ocultos incendiarios, reivindicaci&oacute;n de lo femenino y lo dom&eacute;stico. Las voces de Lucrezia, Tal y Carmen no pueden ser silenciadas. Hay tanto en ellas a&uacute;n por contar. FAIN es solo una parada en su viaje de autodescubrimiento.

Ellas son las tres artistas que debes conocer en la FAIN

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