Su legado resurge en la moda como lo que siempre fue: un s&iacute;mbolo de inclusi&oacute;n e innovaci&oacute;n.&nbsp;

La noche del viernes siete de diciembre de 1951, la primera dama&nbsp;de M&eacute;xico, Beatriz Velasco de Alem&aacute;n, cruzaba las puertas del&nbsp;Hotel del Prado, en la Ciudad de M&eacute;xico, para asistir como&nbsp;invitada de honor a un desfile de moda con las creaciones de Marie-Louise Carven. Aquella fue la primera y &uacute;nica ocasi&oacute;n en que la dise&ntilde;adora francesa pisar&iacute;a tierras mexicanas, o, al menos, es la &uacute;nica de la que existe registro en sus archivos personales, que hoy resguarda el Museo Palais Galliera de Par&iacute;s.
La visita de la&nbsp;couturier fue&nbsp;posible porque formaba parte de la Exposici&oacute;n Industrial Francesa,&nbsp;que se celebraba por aquellos d&iacute;as en la capital de nuestro pa&iacute;s. M&eacute;xico era, para Madame Carven, una parada m&aacute;s en un tour que la llev&oacute; a ciudades tan diversas como Londres, Bruselas, Caracas, La Habana, Helsinki, Lisboa, Roma, El Cairo o S&iacute;dney, con el fin de presentar un concepto entonces revolucionario: su l&iacute;nea pr&ecirc;t-&agrave;-porter.

Ella era una de las dise&ntilde;adoras conocidas como Couturiers Associ&eacute;s, que un a&ntilde;o antes hab&iacute;an creado l&iacute;neas de ropa de dise&ntilde;o producidas ya no a la medida, sino en tallas predeterminadas y peque&ntilde;as series, como resultado de una iniciativa lanzada en Francia para poner en contacto a los fabricantes de telas con dise&ntilde;adores de Alta Costura. El dise&ntilde;o a un precio m&aacute;s accesible era, sin embargo, solo uno de los factores que explicaban la creciente popularidad de Carven; el otro era que se trataba de modelos dise&ntilde;ados para mujeres de talla petite, como la dise&ntilde;adora misma. El 1.55 metros de estatura de madame Carven hab&iacute;a sido, de hecho, el motivador principal de su carrera: &laquo;Si hubiera sido una chica alta y hermosa nunca habr&iacute;a comenzado mi casa de moda&raquo;, mencion&oacute; en m&aacute;s de una ocasi&oacute;n. La raz&oacute;n: las grandes firmas dise&ntilde;aban para mujeres altas. <a href="https://www.lofficielmexico.com/moda/air-france-estilo-sobrecargos-historia-aviacion" target="_blank" rel="noopener">Ese prototipo femenino</a> no era la &uacute;nica limitaci&oacute;n que enfrentaban las consumidoras en 1945, a&ntilde;o en que Carmen de Tommaso decidi&oacute; abrir su negocio en la avenida Campos El&iacute;seos y, de paso, cambiar su nombre de pila para reinventarse como Marie-Louise Carven, un apellido que form&oacute; con la primera s&iacute;laba de su nombre y la &uacute;ltima del apellido de Josy Boyriven, la t&iacute;a a la que deb&iacute;a su acercamiento al mundo de la moda.

La Segunda Guerra Mundial apenas hab&iacute;a finalizado y la industria textil iniciaba su vuelta a la normalidad, despu&eacute;s de haberse volcado a la fabricaci&oacute;n de uniformes militares. Las opciones de telas disponibles para la Alta Costura eran muy limitadas, y eso planteaba un gran reto a los dise&ntilde;adores. Fue en ese contexto que, en 1946, Madame Carven encontr&oacute; una pieza de algod&oacute;n en el &aacute;tico de un castillo. Aunque por sus franjas verde-menta y blanco parec&iacute;a destinada a la confecci&oacute;n de uniformes del servicio, ella decidi&oacute; crear un vestido ajustado a la cintura y de escote pronunciado que, en muy poco tiempo, convirti&oacute; a su local de Campos El&iacute;seos en una visita obligatoria para cualquier mujer que se preciara de saber de moda. Carven termin&oacute; por bautizar ese dise&ntilde;o como &laquo;ma griffe&raquo; (mi firma). De aquel local tambi&eacute;n salieron otras innovaciones: ella fue la primera dise&ntilde;adora francesa en patentar un brassi&egrave;re con push up (llam&oacute; a su creaci&oacute;n &laquo;balconette&raquo;), y una de las primeras europeas en utilizar textiles y t&eacute;cnicas originarios de lugares como la India y &Aacute;frica: batik indonesio, bordados de rafia e incluso motivos de inspiraci&oacute;n azteca salpicaban prendas que llamaron la atenci&oacute;n de mujeres en busca de una propuesta con cierto aire innovador y hechura pensanda en sus medidas.
Esa noci&oacute;n de la proporci&oacute;n y el volumen &mdash;que Carven le deb&iacute;a tanto a la conciencia de su talla como a sus estudios de arquitectura&mdash;, la utilizaci&oacute;n de materiales no lujosos y el desarrollo del pr&ecirc;t-&agrave;-porter derivar&iacute;an, cinco a&ntilde;os despu&eacute;s, en la colecci&oacute;n que la trajo a M&eacute;xico, convertida ya en una celebridad.

Para finales de los a&ntilde;os 70, sin embargo, el furor por su casa hab&iacute;a quedado atr&aacute;s. El anuncio de que madame Carven dejaba la direcci&oacute;n creativa de la firma, a finales de los a&ntilde;os 80, termin&oacute; por borrar su car&aacute;cter protag&oacute;nico. A inicio de los a&ntilde;os 90 la maison estaba, para efectos pr&aacute;cticos, en el olvido; todos reconoc&iacute;an que su pasado era glorioso pero su presente provocaba bostezos entre los amantes de la moda. No result&oacute; extra&ntilde;o, entonces, que Carven anunciara su retiro definitivo en 1993; ten&iacute;a 84 a&ntilde;os y quer&iacute;a dedicar su vida al coleccionismo de antig&uuml;edades y a disfrutar el tiempo que le quedara entre la Costa Azul y su castillo, en Chantilly. Ser&iacute;a, por cierto, mucho m&aacute;s tiempo del que imaginaba, pues muri&oacute; a los 105 a&ntilde;os, el lunes 8 de junio de 2015, en Par&iacute;s: seis a&ntilde;os despu&eacute;s de que el gobierno franc&eacute;s le hiciera justicia en vida y le otorgara la Legi&oacute;n de Honor. Sus amigos la despidieron con una misa en la iglesia Saint-Roch, decorada con listones y flores en los colores que se convirtieron en su distintivo: el blanco y el verde-menta.&nbsp;

LA ERA DE HENRI &amp;&nbsp;HENRY

Tras la salida de su fundadora, la firma Carven pas&oacute; por tiempos de incertidumbre. Entre 1996 y 2008, tuvo cinco propietarios distintos e igual n&uacute;mero de directores creativos. Ese periodo err&aacute;tico lleg&oacute; a su fin cuando el fondo Soci&eacute;t&eacute; B&eacute;ranger, encabezado por el empresario franc&eacute;s Henri Sebaoun (actual director general de la marca) y el fondo de inversi&oacute;n Turenne Capital, adquiri&oacute; la maison con la intenci&oacute;n de devolverle su protagonismo. Una de sus primeras estrategias fue llamar a Guillaume Henry, egresado de <a href="https://www.lofficielmexico.com/belleza/irresistible-givenchy-fragancia" target="_blank" rel="noopener">Givenchy</a> y Paule Ka, para asumir la direcci&oacute;n creativa. Henry tom&oacute; entonces una decisi&oacute;n pol&eacute;mica: renunci&oacute; a inspirarse en el archivo, pero decidi&oacute; mantenerse fiel al esp&iacute;ritu original de la casa, y comenz&oacute; a crear ropa pensando en la mujer real, con propuestas en el dise&ntilde;o de vanguardia que al mismo tiempo fueran accesibles. Su atrevimiento rindi&oacute; frutos; muy pronto personajes como la actriz Isabelle Huppert o la modelo <a href="https://www.lofficielmexico.com/moda/alexa-chung-5-personalidades-que-inspiraron-su-primera-coleccion" target="_blank" rel="noopener">Alexa Chung</a> comenzaron a vestir Carven, y la prensa especializada le dedic&oacute; encabezados tan contundentes como &laquo;Carven despierta tras pasar a&ntilde;os jugando a La Bella Durmiente&raquo; o &laquo;El dise&ntilde;ador Guillaume Henry ha transformado la casa Carven&raquo;. A nivel comercial, Henri Sebaoun complet&oacute; la estrategia al recuperar la otra gran tradici&oacute;n de la firma: se enfoc&oacute; en &laquo;hacer pr&ecirc;t-&agrave;-porter con estilo y a buen precio&raquo;. Con esa filosof&iacute;a, abri&oacute; boutiques en ubicaciones estrat&eacute;gicas, como Nueva York, Cannes, Manila o Beijing, pero no en las t&iacute;picas avenidas de lujo; adem&aacute;s, duplic&oacute; sus puntos de venta. Carven volv&iacute;a a recorrer el mundo.

El dos de octubre de 2014, cuando todo parec&iacute;a ir viento en popa, el dise&ntilde;ador Peter Copping anunci&oacute; que dejaba Nina Ricci para asumir la direcci&oacute;n creativa de Oscar de la Renta. Esa decisi&oacute;n terminar&iacute;a por afectar los terrenos de Carven: ese mismo a&ntilde;o, Guillaume Henry saldr&iacute;a de la firma para llenar el hueco dejado por Copping en Nina Ricci. A Carven le tom&oacute; algunos meses encontrar qui&eacute;n supliera a Henry. Fue hasta marzo de este 2015 que la firma anunci&oacute; que los nuevos directores art&iacute;sticos ser&iacute;an Alexis Martial y Adrien Caillaudaud. El primero hab&iacute;a sido director creativo de la firma italiana Iceberg y de Paco Rabanne, mientras que Caillaudaud hab&iacute;a aprendido el oficio en Givenchy y Marc Jacobs. El comunicado con que Henri Sebaoun les daba la bienvenida dejaba en claro que la filosof&iacute;a de la casa permanec&iacute;a intacta: &laquo;continuamos definiendo una nueva y parisina elegancia para la mujer de hoy&raquo;. Los creativos sostuvieron estar orgullosos de tener a su cargo esa tradici&oacute;n: &laquo;Carven es una firma que combina un precioso sentido de feminidad y frescura que trataremos de continuar&raquo;. Ese mismo mes, la dupla desfilaba entre aplausos al cierre de la colecci&oacute;n pr&ecirc;t-&agrave;-porter oto&ntilde;o / invierno, una propuesta que traduc&iacute;a a la perfecci&oacute;n la esencia de su fundadora, quien supo estar en el lugar y momento indicados para hablarle a una mujer, la real, a la que nadie m&aacute;s se interesaba en dirigirle la palabra.

«Si hubiera sido una chica alta y hermosa nunca
habría comenzado mi casa de moda».- Carven

Madame Carven, la más pequeña de los grandes diseñadores

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