El arte de Jacobo Olmedo que enamora
Un universo creativo nacido del caos. Así define Jacob Olmedo su trabajo. «Creo piezas que entrelazan textiles, objetos, wearables e hidroponía», explica. «Mi trabajo se convierte en escultura para transmitir comentarios sociales derivados de mis propias circunstancias e identidad: soy un artista extraño, hijo de un padre inmigrante mexicano y una activista climática. Utilizo la naturaleza como símbolo de privilegio en un contexto de escasez creada por la crisis climática y la forma de vida y comunidad, temas que conectan con todas las personas». Los métodos que aplica son laboriosos y se ejecutan a mano: el ganchillo y el tejido se hibridan con mechones electrónicos.
«Fabrico moldes para crear instalaciones escénicas de figuras desintegradas y paisajes topográficos que transmiten ideas de privilegio en el contexto del acceso a la tierra y al medio ambiente y a los cuerpos minoritarios. Utilizo fibras de lana y seda de color crema, el trabajo se centra en la hibridación de la técnica y su textura, haciendo hincapié en la historia que cuentan los propios objetos», añade este artista multidisciplinario, creativo sostenible y fabricante textil.

«Las semillas, que son la forma de representación definitiva de la vida, se retratan fosilizadas en cuentas de isomalt que pesan sobre un cuerpo esculpido. El camino siempre inicia en mis manos e involucra la experimentación lúdica y el diálogo material. Los textiles —la raíz de mi trabajo— están en mi perspectiva. Son poderosos porque siempre dejarán una impresión de la mano del fabricante. Cada puntada, cada acción muestra los pensamientos e impresiones del fabricante sobre la pieza, resultando en un trabajo veraz y reflexivo».