
Sin intenciones de perder vigencia en las pasarelas, la vestimenta cliché del "de 9 a 7" continúa transformándose. 

La periodista neoyorquina Gloria Emerson era lo que se concoce como una &quot;mujer dura&quot;, etiqueta con la que la gente evita decir todo lo que en verdad piensa, como que Emerson era fuerte hasta ser ruda,&nbsp;quiz&aacute; demasiado estricta y brutalmente honesta. Prueba de su franqueza sin miedo es una entrevista que hizo en 1969 a John Lennon y Yoko Ono. Les dijo sin m&aacute;s que eran unos rid&iacute;culos por creer que estaban salvando vidas con su campa&ntilde;a antib&eacute;lica. Lennon, el pacifista, reaccion&oacute; con enojo frente a la c&aacute;mara ante los cuestionamientos de emerson, quien con su experiencia en el campo de batalla de Vietnam, donde fue corresponsal, no dejaba de lanzar dardos al blanco: &quot;Tu campa&ntilde;a muestra que eres vulgar y que est&aacute;s autoengrandecido.&nbsp;&iquest;Qu&eacute; publicitas, a John Lennon o a la paz?&quot;, le pregunt&oacute;. Luego de varios minutos, cansada de la discusi&oacute;n que se tornaba cada vez m&aacute;s tensa, se dirigi&oacute; a Yoko Ono diciendo: &quot;Se&ntilde;ora Lennon, creo que nos estamos aburriendo los unos a los otros, as&iacute; que mejor me voy&quot;.

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Tres a&ntilde;os antes, en su art&iacute;culo &quot;A&nbsp;Nude Dress That Isn&rsquo;t: Saint Laurent In a New, Mad Mood&quot;, publicado en The New York Times durante la &eacute;poca en la que cubri&oacute; la fuente de moda desde Par&iacute;s, calific&oacute; al dise&ntilde;ador franc&eacute;s Yves Saint Laurent como &quot;anticuado&quot;. Dec&iacute;a adem&aacute;s que, aunque el modisto era considerado un dotado y era muy imitado por sus colegas, se esforzaba demasiado en &quot;convencer al mundo&quot;&nbsp;de estar a la vanguardia &quot;yendo de la mano de los m&aacute;s j&oacute;venes&quot;. eso, sin embargo, no era lo m&aacute;s agudo del texto. en sus &uacute;ltimos p&aacute;rrafos dedicados a la colecci&oacute;n 1966 de YSL, pr&aacute;cticamente lo llam&oacute; &quot;copi&oacute;n&quot;&nbsp;cuando habl&oacute; del revolucionario esmoquin femenino, argumentando que la artista Niki de Saint-Phalle ya era famosa por usar trajes de estilo masculino acompa&ntilde;ados con botas de tac&oacute;n alto, que fue justo como &eacute;l present&oacute; su innovadora prenda: &quot;[Niki] se ha convertido en la mejor influencia para Saint Laurent aunque, claro, eso ella no lo sab&iacute;a&quot;. Emerson dio como argumento que Saint-Phalle y Saint Laurent se hab&iacute;an conocido justo ese a&ntilde;o mientras ella codise&ntilde;aba la decoraci&oacute;n de un ballet de roland Petit &quot;y ahora Saint Laurent le ha copiado su traje y lo ha presentado en lana y terciopelo&quot;.

&quot;Una reinterpretaci&oacute;n que se adapta al ritmo de vida de las mujeres trabajadoras de hoy, pero con la que amar&iacute;amos ver a Kahlo, a Dietrich, a Perriand y a las que nos ense&ntilde;aron que podemos vestir lo que se nos d&eacute; la gana sin perder ni un &aacute;pice de feminidad.&quot;

Isabel Marant

Stella McCartney

MaxMara

Dies van Noten

Céline

Emerson ten&iacute;a raz&oacute;n, Saint-Phalle era conocida por usar esmoquin y lucir tremendamente sexy con &eacute;l. as&iacute; que, si bien le debemos a Yves Saint Laurent la aceptaci&oacute;n de los&nbsp;atuendos &quot;masculinos&quot; en el guardarropa femenino, en su creaci&oacute;n influyeron los gestos de emancipaci&oacute;n que mostraban mujeres como Saint-Phalle, Marlene Dietrich (c&oacute;mo olvidar su esmoquin en la pel&iacute;cula Marruecos), la arquitecta francesa Charlotte Perriand &mdash;quien, como Coco Chanel, era fan&aacute;tica de las camisas&mdash;; de este lado del mundo Frida Kahlo, quien desde los a&ntilde;os 20 se vest&iacute;a &quot;como hombre&quot;, y la muy mencionada Gloria Emerson, quien adopt&oacute; esos looks &mdash;camisa, falda recta, pantal&oacute;n&mdash; para trabajar. en las pocas fotos que hay de ella, se le puede ver rodeada de ni&ntilde;os vietnamitas en saig&oacute;n &mdash;durante su cobertura de la guerra para The New York Times&mdash; luciendo femenina pese a lo &quot;masculino&quot;&nbsp;de su conjunto de pantal&oacute;n, camisa y chaqueta.

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Recuerdos de todas esas mujeres aparecen en las pasarelas de hoy, donde vemos propuestas de diversos &quot;uniformes de trabajo&quot;. Balenciaga, por ejemplo, con su camisa de sat&iacute;n en contraste con la falda de tela pata de gallo, hizo un look que podr&iacute;a haber usado Peggy Olson en Mad Men. en esa ola vemos a Bottega Veneta y Fendi, quienes usaron camisas y faldas con influencia de los 60 y 70, pero con el sello italiano, m&aacute;s estilizado. Dries van Noten reta a lo sobrio &mdash;y casi aburrido&mdash; de un conjunto con pantalones de pinzas y derbys sobreponiendo la delicadeza de un top satinado muy underwear. Calvin Klein y C&eacute;line juegan con las dimensiones de las prendas y eso le quita lo convencional a los trajes, aunque se sienten un poco comunes. Isabel Marant s&iacute; se atrevi&oacute; a modificar el patronaje cl&aacute;sico de la prenda, recordando lo que antes ya ha hecho Maison Margiela, aunque en una versi&oacute;n m&aacute;s sutil. Stella McCartney vota por la sensualidad absoluta, y convierte al traje en un magn&iacute;fico vestido corto, ultrapoderoso, mientras que MaxMara y Victoria Beckham optan por un tono sexy un poco menos obvio, pero s&iacute; rompedor. MaxMara con su aparente exceso de tela que le da movimiento extra a prendas que se caracterizan por su rigidez, y Beckham ampliando la paleta de color con su saco azul con rojo, la blusa con transparencias, los pantalones cortos... una reinterpretaci&oacute;n que sin duda se adapta al ritmo de vida de las mujeres trabajadoras de nuestros tiempos, pero con la que amar&iacute;amos ver a Kahlo, a Dietrich, a Perriand y a todas las que nos ense&ntilde;aron que podemos hacer, decir y vestir lo que se nos d&eacute; la gana sin perder ni un &aacute;pice de feminidad.

Working Class Hero(ine)

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