No todas las historias pueden ser rastreadas hasta su origen con tal precisión, el número 30 de la Avenida Montaigne es el epicentro de la historia de Christian Dior.
Mucho antes de 1947, Christian ya estaba determinado a hacer de este hôtel particulier la sede de la casa de moda que llevaría su nombre, su obstinación o el destino fue la que lo llevó a concretar su sueño tiempo después.
La decoración del atelier fue encargada a Victor Grandpierre que desarrolló el concepto sobrio y elegante que permitió brillar a los diseños de la maison.
El 12 de Febrero de 1947 sería la fecha del primer desfile de Dior y con ello inició el legado del 30 de la Avenida Montaigne.
Esta mansión urbana fue; en las palabras del mismo Christian Dior: “Una oficina de ensueños y un refugio para cosas maravillosas”.
Hoy es el corazón de la marca, un símbolo de la excelencia de la casa francesa, la boutique, el gran salon y la icónica escalera por la que ascendieron Marlene Dietrich, Josephine Baker y Lauren Bacall durante largas sesiones de fitting que siempre tomaban lugar bajo la mirada de un expectante Humphrey Bogart.
Fue en este mismo lugar donde nació el New look, miles de diseños que fueron la razón de la alegría de tantas mujeres; aquí, los emblemáticos códigos de la marca se establecieron e inspiraron de sus sillas con reverso de medallón.
Todo empezó en el 30 Avenue Montaigne y todo regresa aquí, siempre. Esta fachada de belleza atemporal que se torna espectacular con la mágica decoración navideña, un aparador para los sueños que encienden deseo que se transmite por todo el mundo.
Hoy la bolsa que lleva su nombre es parte de un lanzamiento global, sigue las redes de @Dior y para enterarte de todo lo que sucede detrás de #Dior30Montaigne.