Una playa semivirgen, palmeras tocadas por el viento y la luz anaranjada del atardecer. Encontramos el destino perfecto para evadirnos. 

En franc&eacute;s hay una palabra -&nbsp;fl&acirc;neur&nbsp;- que define a quienes pasean sin rumbo ni prop&oacute;sito, al vaiv&eacute;n de la multitud, demor&aacute;ndose ante &quot;ese brusco y delicioso rebote de un rayo de sol en una vieja piedra&quot;, como escribe Cort&aacute;zar en Las babas del diablo. Esos son los aut&eacute;nticos n&oacute;madas, para los que el viaje constante forma parte de su esencia.

Para ellos descubrir un destino u hotel diferente, propositivo, emocionate es, a veces, tarea de titanes. Cada vez m&aacute;s la hospitalidad se parece entre s&iacute; y las suites carecen de alma propia. Pero a&uacute;n hay visionarios que materializan para&iacute;sos en la arena.&nbsp;

En el punto exacto donde la costa del Oc&eacute;ano Pac&iacute;fico se encuentra con las monta&ntilde;as de la Sierra Madre del Sur, emerge Troncones, un oasis de paz para disfrutar del concepto barefoot luxury.&nbsp;Para el empresario Rafael Sainz Skewes, art&iacute;fice de Lo Sereno, Casa de Playa, las sensaciones que tuvo al descubrir estas playas doradas fueron en punto de partida para reflejar lo que debe ser un hotel perfecto: entorno inspirador, excelente comida y buena compa&ntilde;&iacute;a. Es un &ldquo;Original&rdquo; del selecto sello Design Hotels&trade;, que respalda a los hoteleros independientes cuya propuesta se caracteriza por la pasi&oacute;n por la hospitalidad, la autenticidad cultural y arquitectura y dise&ntilde;o interior que estimulen la capacidad de asombro.

Todas las imágenes: Christie Graham @chrisandman, para @theperfecthideaway

La audaz mezcla de texturas y elementos decorativos logran un aspecto vanguardista y art&iacute;stico en los ambientes interiores. Son solo 10 suites blanqu&iacute;simas y minimalistas, todas con terraza y ba&ntilde;os con muros de vidrio - y ducha de lluvia al aire libre -&nbsp; para que la naturaleza est&eacute; presente en la estancia. Adem&aacute;s, la base de su gastronom&iacute;a son ingredientes frescos y productos locales. Su coctel emblema, Lo Sereno, fusiona vodka, acentos c&iacute;tricos y una pizca de albahaca.

En un ambiente sin prisas, rodeado de vegetaci&oacute;n tropical y una invaluable privacidad, es un must para experimentar la belleza de la sencillez. Ver amanecer y pisar la arena h&uacute;meda, hacer surf sobre olas furiosas, cabalgar a trav&eacute;s de paisajes donde a&uacute;n habita la vida silvestre o practicar yoga a primera hora de la ma&ntilde;ana son rutinas diarias en Lo Sereno.&nbsp;

John F. Kennedy ten&iacute;a raz&oacute;n cuando dec&iacute;a que estamos atados al oc&eacute;ano, y cuando volvemos al mar, ya sea para navegar o mirarlo, volvemos a d&oacute;nde venimos. Tal vez por ello hay multitud de escritores que han encontrado inspiraci&oacute;n para sus obras en el agua salada. Y es que el mar siempre nos atrae e intriga, porque como bien se&ntilde;alaba Borges: &ldquo;El mar es un antiguo lenguaje que ya no alcanzo a descifrar&rdquo;.

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Lo Sereno: filosofía barefoot luxury

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