Nació en Francia y se popularizó en España. Este bocado gastronómico esconde una historia apasionante y es más sencillo de preparar de lo que parece.

Algunos saben que &ldquo;croqueta&rdquo; proviene del verbo franc&eacute;s croquer (crujir) y de su variante femenina en diminutivo croquette (algo as&iacute; como &ldquo;crujientita&rdquo;). Hay opiniones dispares en cuanto a su origen y procedencia. Varias fuentes se&ntilde;alan cocinero del rey Luis XIV, otros a los cocineros florentinos de Catalina de Medici - que la acompa&ntilde;aron a su boda con Enrique II de Orleans en 1533 - o, con menos fundamento, al duque Philippe de Mornay a quien se le han atribuido inventos como las salsas Oporto, Mornay y Lyonnaise, por ejemplo.

La primera receta es de 1691. Ese a&ntilde;o se public&oacute; el recetario Le cuisinier roial et bourgeois de Francois Massialot, chef reconocido del duque de Orleans. Las croquetas aparecen 15 veces en dicho libro. Aunque eran bastante distintas a lo que hoy entendemos como croqueta. Eran mucho m&aacute;s duras, estaban empanadas, pero eran un picadillo a base de carne, huevo, trufa y hierbas. Esta masa se redondeaba con las manos, se pasaba por huevo, pan rallado y a la sart&eacute;n.

Pero a finales del siglo XVII la bechamel a&uacute;n no triunfaba, b&aacute;sicamente porque no exist&iacute;a ni en el imaginario gastron&oacute;mico. El franc&eacute;s Vincent la Chapelle, cocinero de&nbsp;Louis de B&eacute;chameil, escribi&oacute; en lengua inglesa The modern cook (1733), donde menciona un rodaballo con una salsa hecha de mantequilla, hierbas, harina y leche. La salsa qued&oacute; bautizada en honor al &quot;se&ntilde;or&quot; de la casa y se convirti&oacute; en una de las m&aacute;s famosas de la culinaria nacional francesa a finales del siglo XVIII y los chefs comenzaron a usarla como base para preparar croquetas.

&iquest;Y c&oacute;mo llegan a Espa&ntilde;a?&nbsp;

Por la Guerra de la Independencia, que enfrent&oacute; a las potencias aliadas Espa&ntilde;a, Reino Unido y Portugal contra el Primer Imperio franc&eacute;s del obstinado Napole&oacute;n. La primera receta espa&ntilde;ola de croquetas fue de arroz prensado, empanado y frito. Y era un postre. A mediados del siglo XIX ya hab&iacute;a recetarios para hacerlas de ave, conejo, ternera, merluza, etc. Hasta que finalmente aparecieron las de jam&oacute;n serrano y se coronaron como uno de los m&aacute;ximos placeres de la gastronom&iacute;a espa&ntilde;ola.

Restaurante Ay Lola (8).jpg

Para que puedas degustarlas en casa, Marcela Cort&eacute;s, chef del restaurante de cocina espa&ntilde;ola<a href="https://www.aylola.mx/"> &iexcl;Ay, Lola!</a> revela su receta m&aacute;s codiciada.

Ingredientes:

<ul>
	<li style="text-align:left">200 grs. de jam&oacute;n serrano</li>
	<li style="text-align:left">70 grs. de harina</li>
	<li style="text-align:left">50 grs. de mantequilla</li>
	<li style="text-align:left">500 ml. de leche</li>
</ul>

 
Elaboraci&oacute;n:

En una sart&eacute;n ponemos el jam&oacute;n picado, doramos un poco e incorporamos la mantequilla. Una vez derretida la mantequilla incorporamos la harina. Esperamos hasta que &quot;se cueza&quot; la mezcla. Se vierte la leche y se deja cocinar hasta que se comience a ver el fondo y no se pegue la masa en la esp&aacute;tula.

Se retira del fuego y se enfr&iacute;a. Este es el relleno de la croqueta. Una vez fr&iacute;o se forman bolitas de unos 30gr y se empanizan. Las fre&iacute;mos en abundante aceite caliente hasta que doren, las sacamos y dejamos templar sobre papel de cocina para que absorba el exceso de grasa y queden crujientes.

&iexcl;Bon App&eacute;tit!

&nbsp;

¿Croquette o croqueta?

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