La guía definitiva para comprenderla, porque apostar por productos de cuidado para la piel y maquillaje elaborados con compasión no solo es una tendencia, sino una forma de vida. 

La pr&aacute;ctica de realzar nuestras mejores facciones con productos cosm&eacute;ticos es tan antigua que se remonta a la &eacute;poca de los sumerios, pioneros en triturar insectos y piedras preciosas para aplicar color a los labios. Despu&eacute;s, los egipcios &mdash;cuyo acercamiento a la cosm&eacute;tica trascend&iacute;a razones est&eacute;ticas, siendo un veh&iacute;culo medicinal y terap&eacute;utico de cuidado personal para conservar su cuerpo&mdash;, quienes adoptaron este h&aacute;bito enfatizando la mirada con una l&iacute;nea verde en el p&aacute;rpado. Siglos despu&eacute;s, la reina Isabel I se inclin&oacute; por utilizar polvos faciales y color en los labios. As&iacute; pas&oacute; el tiempo, y despu&eacute;s de varias siglos (y tendencias) llegamos al Siglo XX, en el que&nbsp;el maquillaje fue un s&iacute;mbolo de rebeli&oacute;n. Sin embargo, tambi&eacute;n fue el inicio de una problem&aacute;tica que hasta el d&iacute;a de hoy no ha cesado de existir: la crueldad animal en la elaboraci&oacute;n de cosm&eacute;ticos.&nbsp;

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&iquest;Qu&eacute; son las pr&aacute;cticas de crueldad animal en la industria de la belleza?

Muchos cosm&eacute;ticos son elaborados con m&eacute;todos inhumanos que implican la experimentaci&oacute;n con distintas especies como conejos, ratones, ratas y cerdos de guinea. Su explicaci&oacute;n radica &uacute;nicamente en intereses econ&oacute;micos ego&iacute;stas, ya que el costo de las pruebas con animales es mucho menor, aunque sus resultados son menos precisos. Generalmente, estos son sometidos a dolorosas pruebas de experimentaci&oacute;n que usualmente terminan con su muerte, sin tomar en cuenta que hoy en d&iacute;a existen alternativas tecnol&oacute;gicas de experimentaci&oacute;n que podr&iacute;an evitarlo.

Diferencia&nbsp;entre un productos vegano y uno libre de crueldad

Algunos de los componentes m&aacute;s comunes de la cosm&eacute;tica de origen animal son la miel o la cera de abeja, la lanolina de la grasa de la lana, el carm&iacute;n hecho de insectos como la cochinilla triturada, el escualeno que puede provenir del aceite de h&iacute;gado de tibur&oacute;n, los l&aacute;cteos, la gelatina de los tendones o ligamentos de la vaca o cerdo, la biotina, y tambi&eacute;n algunas formas de &aacute;cido hialur&oacute;nico, de glicerina y retinol.

<a href="https://www.lofficielmexico.com/belleza/productos-veganos-ideales-cuidado-piel">Los productos veganos son aquellos que no contienen extractos o productos de origen animal tanto en su formulaci&oacute;n como en su resultado</a>. En los &uacute;ltimos a&ntilde;os, muchas compa&ntilde;&iacute;as se han dedicado a reformular sus productos desde cero, pero que un producto est&eacute; catalogado como vegano no significa autom&aacute;ticamente que este no haya sido experimentado en animales durante su fabricaci&oacute;n.&nbsp;

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Si bien ha habido un incremento de productos amigables con el ambiente que nos invitan a reflexionar a consciencia sobre las sustancias que ponemos en nuestra piel y sus empaques, esto no garantiza que la formulaci&oacute;n cosm&eacute;tica haya sido realizada de manera &eacute;tica. Durante la d&eacute;cada de los treinta, el boomb de los cosm&eacute;ticos se perpetu&oacute; con pr&aacute;cticas inhumanas de experimentaci&oacute;n animal, las cuales encontraron resistencia por parte de los ambientalistas de la d&eacute;cada de los setenta. Fue hasta finales de la d&eacute;cada de los ochenta y principios de los noventa que surgieron tres organizaciones en contra de la experimentaci&oacute;n animal: PETA&rsquo;S Beauty Without Bunnies (1987), Leaping Bunny (1990) y Choose Cruelty Free (1993).

Las tres iniciativas, cuyos logotipos simbolizan que la fabricaci&oacute;n de un producto fue realizada sin experimentaci&oacute;n en animales en todas sus fases, as&iacute; como el seguimiento de proveedores y terceros que requiere de verificaci&oacute;n de la cadena de suministro, fueron un parteaguas en la industria de la belleza. Sin embargo, muchas marcas cosm&eacute;ticas no pueden asumir los costos de las licencias cruelty free y sus empaques no contienen los logotipos certificados. Esto puede llegar a causar confusi&oacute;n y desconfianza entre los consumidores. Ante esto, vale la pena revisar las leyes de los pa&iacute;ses de fabricaci&oacute;n.

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Si analizamos el caso de pa&iacute;ses en el Continente Americano, podremos darnos cuenta que a&uacute;n queda mucho trabajo que hacer. Estados Unidos, por ejemplo, solo cuenta con regulaci&oacute;n a nivel estatal (Califonia, Illinois y Nevada). De igual manera, algunos pa&iacute;ses como Bolivia y Argentina han comenzando campa&ntilde;as y proyectos libres de crueldad, pero ninguna ley se ha presentado en los congresos.&nbsp;Por su parte, Canad&aacute; aprob&oacute; su legislaci&oacute;n en&nbsp;el 2017, as&iacute; como Colombia cuya regulaci&oacute;n es la m&aacute;s reciente, en&nbsp;agosto 2020.

A M&eacute;xico tambi&eacute;n ha llegado el tiempo de sustituir las pruebas en animales para la industria de cosm&eacute;ticos. &iquest;Por qu&eacute;? No solamente desde el punto de vista &eacute;tico y humano, tambi&eacute;n porque sus principales socios comerciales han aprobado regulaciones que prohiben la experimentaci&oacute;n, fabricaci&oacute;n, comercializaci&oacute;n y hasta la importaci&oacute;n de productos de belleza que hayan sido probados en animales.

En estos tiempos dif&iacute;ciles para las econom&iacute;as de pa&iacute;ses latinoamericanos, M&eacute;xico puede adoptar mejores procesos como los aprobados por la uni&oacute;n Europea (2008) y lograr posicionarse en el mercado internacional, como ya lo han logrado m&aacute;s de cuarenta pa&iacute;ses que han logrado sustituir esas pr&aacute;cticas.&nbsp;

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&iquest;Cu&aacute;l podr&iacute;a representar una&nbsp;ventaja para M&eacute;xico?&nbsp;

&nbsp;

M&eacute;xico forma parte de numerosos tratados comerciales internacionales como el nuevo tratado comercial con Estados Unidos y Canad&aacute;, al igual que&nbsp;la Uni&oacute;n Europea y&nbsp;la Alianza del Pac&iacute;fico. Todos esos pa&iacute;ses exigen a las empresas no comercializar productos cosm&eacute;ticos en los que no se hayan asegurado que los animales no fueron utilizados para realizar pruebas.

La cita con el destino es ineludible, M&eacute;xico cuenta con centros de investigaci&oacute;n y desarrollo que pueden vincularse con empresas fabricantes de cosm&eacute;ticos y crear sinergias valiosas tanto para los acad&eacute;micos, estudiantes y productores. Este tema puede representar una gran oportunidad para que&nbsp;continue comercializando cosm&eacute;ticos con sus socios comerciales. De igual forma, <a href="https://www.lofficielmexico.com/belleza/cosmetica-cruelty-free">las marcas mexicanas que cuentan con certificaciones internacionales de </a><a href="https://www.lofficielmexico.com/belleza/cosmetica-cruelty-free">cruelty free</a> tambi&eacute;n requieren el compromiso de la Secretar&iacute;a de Econom&iacute;a para evitar que se les cierren las puertas del gran mercado Sudamericano, Europeo y Asi&aacute;tico.

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Ahora bien, desafortunadamente la NOM - 062-ZOO -1999, implementada en M&eacute;xico desde el a&ntilde;o 2021, es un regulaci&oacute;n que establece especificaciones para la producci&oacute;n, el cuidado y uso de animales de laboratorio, pero &uacute;nicamente para fines cient&iacute;ficos. Este tema ha sido objeto de debate en numerosas ocasiones, aunque&nbsp;M&eacute;xico puede tomar lecciones de casos emblem&aacute;ticos en pa&iacute;ses desarrollados, en los que la mejor pol&iacute;tica debe ser la incorporaci&oacute;n de pr&aacute;cticas de responsabilidad social corporativa que promuevan pol&iacute;ticas al interior y al exterior de las empresas con la intenci&oacute;n de cumplir de manera voluntaria con estos principios de cero maltrato animal. Lo que abrir&aacute; la puerta a la competencia.

Pero si esa estrategia de auto convencimiento no es adoptada desde la cabeza de las organizaciones industriales, M&eacute;xico se ver&aacute; obligado&nbsp;a cerrar f&aacute;bricas, ya que los pa&iacute;ses aliados&nbsp;no querr&aacute;n hacer negocios con socios que no cumplen con pr&aacute;cticas internacionales.

M&eacute;xico cuenta con interesantes oportunidades de subir del lugar tercero&nbsp;al segundo y al primero, si se convence de las ventajas competitivas, igualmente&nbsp;porque las pr&aacute;cticas no sustentables en la &eacute;poca que vivimos&nbsp;no les permitir&aacute; superar las inversiones millonarias de la India o Nueva Zelanda, y tampoco de la competencia latinoamericana.

&iquest;Qu&eacute; puede hacer el consumidor?

El mejor sensor son los consumidores &eacute;ticos y conscientes de la importancia de optar por productos crueltry free. Indudablemente, las compa&ntilde;&iacute;as cosm&eacute;ticas se han dado cuenta&nbsp;que la lealtad de los consumidores puede depender de sus procesos de experimentaci&oacute;n, as&iacute; que el camino ya est&aacute; definido: los ciudadanos tienen el poder del cambio en su manos.

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&iquest;Qu&eacute; hacer si descubres que tus productos no son libres de crueldad?

El primer paso es investigar si los productos que m&aacute;s utilizas realmente est&aacute;n cumpliendo con pr&aacute;cticas humanas de producci&oacute;n. Si encuentras alg&uacute;n producto en tu tocador que no lo sea, puedes termin&aacute;rtelo para evitar desperdicios y buscar alguna alternativa que cumpla con la misma funci&oacute;n.&nbsp;En un mundo globalizado como en el que vivimos, es muy importante que tanto las marcas como los consumidores demuestren su compromiso para evitar el sufrimiento animal.&nbsp;

¿Cómo entender la cosmética libre de crueldad y cómo México puede impulsar un cambio?

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