5 minutos para conocer al visionario del arte Enrico Navarra
El galerista francés de origen italiano fue un hombre sumamente carismático que afirmaba la importancia del arte y su impacto global. Navarra supo comprender antes que nadie que los artistas estadounidenses se convertirían en los rivales de los europeos al mismo nivel que Picasso. Desde Argentina, hasta China, el «gatsby del arte» francés organizó varias exhibiciones alrededor del mundo y facilitaba las conexiones entre artistas, patrones y compradores desde su casa en la localidad de Le Muy, Francia. En L'Officiel recorremos su gran trayectoria con un repaso de su historia.
Originario de París, Francia, el galerista fue criado por su padre Fernando, un sastre y su madre murió cuando él era muy joven. Navarra no estudió formalmente nada relacionado con el arte e inicio su carrera en ventas. Precisamente, cuando trabajaba como vendedor de litografías comenzó una gran amistad con Ida Ghagall, hija del artista ruso Marc Chagall, que lo convenció de abrir su propia galería en 1989. El galerista montó exhibiciones con cuadros de Chagall por todo el mundo y llegó hasta el mercado chino que hasta el momento había sido poco explorado.
Retrato de Enrico Navarra con las esculturas de Yue Minjun, 2011 / Cortesía de Simon Schwyzer.
Fue así que comenzó a impulsar artistas contemporáneos en países que la escena del arte tenía en el olvido, como la India, el mundo Árabe, Brazil , así que decidió publicar una serie de libros de arte con la editorial de su galería: Made by Chinese (1996), Made by Brazilians (2014), Made by Thai (2019).
Navarra fue un gran impulsor del estadounidense Jean-Michel Basquiat antes y después de su muerte en 1988. Organizó varias exhibiciones de su trabajo en todo el mundo y sus enormes esfuerzos posicionaron a Basquiat internacionalmente. Poco a poco las casas de subastas comenzaron a prestarle atención y en el 2017, la casa Sotheby's vendió la sexta pintura más cara de la historia al comprador japonés Yusaku Maezawa. ¿La obra? Un cráneo sin nombre de Basquiat por $110.5 millones de dólares.
«Sin nombre» 1982. Por Jean-Michel Basquiat / Cortesía de Sotheby's.

Durante la década de los noventa el gran coleccionista llevó el arte a la playa con instalaciones en Saint-Tropez, Riviera Francesa. Monumentales esculturas de artistas como Arman, Philippe Perrin, Nikki de Saint Phalle, Kenny Scharf, en algunos otros, estuvieron expuestas para que los dos millones vacacionistas que visitaban en verano pudieran apreciar su belleza.
En 1998, su alcance internacional llegó a nuevas alturas con la organización de la exhibición «Mondial» —universal o global en francés— en sintonía con el Mundial de Fútbol que se celebró ese mismo año en Francia. Varios artistas de distintas nacionalidades fueron invitados a crear obras de arte inspiradas en la copa mundial.

El 21 de julio el galerista falleció en Le Muy, Francia, acompañado por su esposa Laurence Poggi. Para Navarra el mundo del arte se había vuelto loco con los precios de las obras hechas por artistas apenas reconocidos. Sin embargo, su generosidad y buena disposición permanecían intactos. El francés siempre supo compartir la belleza del arte llevándola a lugares nunca antes explorados y su apoyo definió el destino de grandes artistas.