La Met Gala no solo representa la historia de una época en la cultura sino también las idea creativas convertidas en algo tangible a través del color y los textiles.

En el calendario de la moda, pocas fechas son tan importantes como el primer lunes de mayo y mientras el mundo espera ver celebridades caminando por las calles de Nueva York y flashes que se abalanzan sobre los vestidos que recorren la alfombra roja creemos que es importante tomar&nbsp;unos minutos para recordar&nbsp;un poco la historia de la Gala del Met y la importancia que tiene reforzando el papel de la moda en el arte.

La Gala del Met es un puente que establece una conexi&oacute;n entre la moda y el arte y demuestra de manera directa c&oacute;mo uno afecta lo&nbsp;otro. El evento se realiza anualmente con la intenci&oacute;n de recaudar fondos para el Costume Institute del Metropolitan Museum of Art y todas sus exposiciones sirven para ubicar la moda, antigua y nueva, en el contexto de la cultura contempor&aacute;nea. Las exhibiciones pasadas han considerado periodos hist&oacute;ricos, corrientes espec&iacute;ficas como &eacute;l punk e innovadores dise&ntilde;os como los de Paul Poiret, Alexander McQueen y Rei Kawakubo de Comme des Gar&ccedil;ons.

En sus primeros a&ntilde;os la Gala era una reuni&oacute;n de la sociedad de Nueva York y fue una&nbsp;creaci&oacute;n de la leyenda de las relaciones p&uacute;blicas de la moda Eleanor Lambert, quien tambi&eacute;n fund&oacute; &quot;Fashion Press Week&quot; en 1943, la precursora de la Semana de la Moda de Nueva York.&nbsp;La fiesta como tal comenz&oacute; en 1948 y no ten&iacute;a&nbsp;lugar en el Metropolitan Museum, los venues&nbsp;cambiaban e iban del Waldorf Astoria hasta Central Park y el Rainbow Room.

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La&nbsp;llegada de la editora de moda Diana Vreeland, como consultora especial en 1973, puso al evento en la mira del mundo y gracias a Theodore Rousseau, curador en jefe, y al director del museo, Thomas Hoving, Vreeland recibi&oacute; el reinado libre para crear conciencia, y recaudar dinero. La editora&nbsp;comenz&oacute; con una gran retrospectiva del trabajo de Crist&oacute;bal Balenciaga: &ldquo;The World of Balenciaga&rdquo; y la apertura de la exposici&oacute;n&nbsp;convirti&oacute; la Gala en la joya de la ciudad que es hoy en d&iacute;a.

Antes de que Vreeland se uniera, las muestras&nbsp;de vestuario eran anticuadas y planas y carec&iacute;an de un atractivo para aquellos que no se especializaban en el campo. La editora energiz&oacute; la idea de las exhibiciones y prendas tem&aacute;ticas y reforz&oacute;&nbsp;la idea de que la moda era realmente una forma de arte con un impacto cultural real, digna de consumir en un contexto similar al de las obras de arte &quot;tradicionales&quot; como la escultura y la pintura.

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Debido a esto, el p&uacute;blico fue invitado a pensar y experimentar la moda de una manera nueva. Ya no era una especialidad de un nicho; era un &aacute;rea de dise&ntilde;o vibrante y curiosa que la gente estaba emocionada de explorar. En lugar de solo una muestra de prendas hist&oacute;ricas, Vreeland conect&oacute; los estilos con la moda contempor&aacute;nea y el mundo moderno. Durante su mandato, la lista de celebridades aument&oacute; y asistieron&nbsp;personalidades ic&oacute;nicas que iban desde Andy Warhol y Cher hasta&nbsp;Jacqueline Kennedy Onassis y la Princesa Diana.

Al ver el creciente y renovado inter&eacute;s de la Gala la recaudaci&oacute;n de fondos aument&oacute; y es gracias a ella&nbsp;que el Constume Institue puede financiarse, pues es el &uacute;nico departamento del museo que tiene que recaudar sus propios fondos.

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Este a&ntilde;o, los asistentes se inspirar&aacute;n en &ldquo;Camp: Notes on Fashion&rdquo; &nbsp;basado en el ensayo de 1964 de Susan Sontag, que describe un amor por lo antinatural, lo exagerado y lo artificial.&nbsp;Es una forma de vivir teatralmente en la vida cotidiana pero con la mayor sinceridad posible. La exposici&oacute;n incluir&aacute; obras ic&oacute;nicas, incluida la colecci&oacute;n de mu&ntilde;ecas de papel de Moschino, el vestido de cisne de Marjan Pejoski que luci&oacute; Bj&ouml;rk en 2001, y el autodeclarado &quot;Little Black Dress&quot; de Virgil Abloh.

Este evento no solo representa la historia de una &eacute;poca en la cultura sino las idea creativas convertidas en algo tangible a trav&eacute;s del color y los textiles, en resumen, es la moda como una obra de arte.

El primer lunes de mayo

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